Respecto a las personas que están al mando (gerentes, profesionistas independientes, etc.) tener esa responsabilidad les da una libertad que en muchos casos puede ser un arma de doble filo, simplemente porque no hay a quien rendirle cuentas.
Sin embargo, están equivocados. El principal jefe de un dueño de negocio es el mercado, las utilidades, los resultados positivos, y por lo tanto, su rendición de cuentas es mucho más importante que la de cualquier otra persona en la empresa.
Cuando un dueño de negocio está arriba de la línea acepta la responsabilidad y deja de culpar a otros por los problemas de su empresa.
No es una tarea fácil, pero si quieres mantener tu negocio en pie y rumbo al éxito, es necesario que adoptes la postura ideal. Analiza lo siguiente y seguramente rectificarás el rumbo de tu empresa:
-Sólo tú puedes cambiar lo que sucede en tu negocio
-Culpar a tu equipo no beneficia a tu empresa
-Revisa tus objetivos
Responde a estas preguntas:
-¿Qué ha sucedido con las metas que diseñaste para tu negocio?
- ¿Cuentas con un equipo motivado?
-¿Tus empleados conocen las metas y objetivos de tu empresa?
Deja de encontrar excusas, si tu proyecto o negocio no han dado los frutos que esperabas la responsabilidad es tuya. Mantén una actitud arriba de la línea. Tus errores siempre tendrán una respuesta libre de excusas.
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