Muchas veces nos enfadamos por las cosas que nos pasan. Pero siempre es mejor lo que sucede. Todo es bueno, todo viene a nosotros por una razón.
“Para apreciar lo bueno de la vida en toda su plenitud, también tenemos que experimentar lo opuesto”
“la desdicha no nos cae encima, la atraemos para aprender una lección”.
Si nunca sintiéramos hambre, no sabría la comida tan bien. Si nunca sintiéramos frío, no sería tan reconfortante una cobija. Si nunca sintiéramos tristeza, no sería la dicha tan maravillosa.
Es por esto que es mejor aceptar las emociones que sentimos y vivirlas plenamente; cuando estés triste, vive plenamente tu tristeza, de esta forma, cuando llegue la felicidad podrás disfrutarla mucho mas.
Recuerda que “la felicidad es un trayecto, no un destino”.
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