El Coach dice: ¿Cuál es tu excusa: no tengo tiempo?

Como Coach de Negocios , para evitar ponernos metas u objetivos, muchas veces oigo la excusa de “no tengo tiempo”. Pero lo que en realidad escucho es: “No valoré el gran resultado que obtendría al hacerlo, por lo que no le di importancia y por consecuencia no me programé para realizarlo”… ¡eso tiene más sentido!

Siempre, las guías de gerencia o de administración te dirán que lo que tienes que hacer es una lista de tareas programadas, diariamente o por semana. Eso suena fácil… y en realidad lo es; pero primero necesitas considerar QUÉ va en la lista y luego CÓMO organizarla.

El primer paso es tener bien definidas tus metas. Sin eso, la programación será difícil para ti por dos razones: primero, no tendrás una guía para priorizar tus actividades; y segundo, tendrás problemas para motivarte a completar las tareas que no son inmediatamente gratificantes.

Por eso, antes de que hagas tu diario de actividades (sin duda necesario), jerarquiza tus metas a largo y corto plazo, coloca esa lista en un lugar donde puedas verlas con frecuencia. El registro de cosas -el proceso de poner horarios, prioridades, y planes por escrito- es realmente bueno.

Comprende tu propio sistema de valorización. ¿A qué le das mayor valor: abundancia, actividades sociales, tiempo con la familia, negocios? Evalúa tus prioridades y organiza tu tiempo en base a ello… y muy importante, evita tener dos actividades consideradas muy importantes compitiendo por el mismo espacio de tiempo.

Evalúa y comprende tus propios ciclos naturales, esto significa , saber qué tipo de actividades deben hacerse y cuándo, con el fin de obtener mejores resultados. Algunas personas prefieren desarrollar actividades de razonamiento temprano en las mañanas, otras, por ejemplo, realizan sus ejercicios físicos a medio día y así sucesivamente. Por lo que tú debes determinar tus propias fuerzas y debilidades y agendar las más difíciles cuando estés en mejor forma y condición para llevarlas a cabo.

Aprende a decir “no” a las personas, incluyendo cónyuges, amigos, hijos, y padres. Si es algo que no te lleva a donde quieres ir, di NO. Y eso conduce a una estrategia de eliminar las tareas innecesarias y que no se relacionan con tus metas o con mantener una forma de vida equilibrada.

Pon al tanto a los demás de tu horario y de tus esfuerzos por manejarlo y pide cooperación a tu cónyuge, a los miembros de tu familia y a tus colegas. Un problema compartido es un problema partido en dos.

Se realista en lo que PUEDES alcanzar. Hay una regla conocida como la “del pulgar” que sugiere sobreestimar lo que puedes alcanzar en el corto plazo pero subestimar lo que podemos lograr en el largo plazo.

Y finalmente, recompénsate por el control efectivo de tu tiempo, has alcanzado una meta y deberías celebrarlo.

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